Entrevista a Carmen París
Cynthia Álvarez y Cristina Jover
Carmen París es una compositora con un
estilo muy personal. Aragonesa nacida en Cataluña, su música es una constante
fusión de ritmos y estilos musicales, principalmente el jazz, la jota aragonesa,
la música andalusí y los ritmos étnicos. En su último trabajo, Ejazz
con Jota, mezcla estos dos géneros y añade una innovación: las letras
en inglés. Viene a Cuenca, donde además tiene raíces familiares, a formar parte
de Estival Cuenca, deleitando al público del escenario del Ars Natura con sus
mezclas musicales y su sentido del humor.
- ¿Qué significa para ti
actuar en Cuenca formando parte del cartel de Estival?
Para empezar, me siento muy honrada porque estreno el escenario. Y
como siempre venir a Cuenca para mí es como venir a casa, porque yo soy medio
de aquí. Mi madre es conquense y mi familia materna vive aquí, pero no vengo
muy a menudo. A cantar he venido... con esta será la tercera vez que canto en
Cuenca. Siempre que vengo me emociono. Además este es el barrio de mis abuelos,
los Tiradores. Yo venía aquí desde niña a ver a mis abuelos, entonces es como
cantar en casa.
- ¿Qué opinión tienes de
Estival? ¿Qué te parece el proyecto?
Me parece una idea excelente, y además que la lleven a cabo con tanto
empeño. Hay una buena programación, y todos los artistas que vienen son de
primer nivel. Me parece una buena idea para activar Cuenca, que no sea conocida
solamente por los conciertos de música sacra, que es por lo que más se conoce
Cuenca.
- ¿Cómo se internacionaliza
la música cuando tiene tanto arraigo local?
Ser como yo, que soy muy rebelde y heterodoxa y me salto las barreras.
A mí cuando me dicen que algo no se puede hacer digo «¿Cómo que no?». Es como
el chiste de «cómo meter a cien aragoneses en un 600: diciéndoles que no caben»
(risas). Y como me he criado allí soy muy cabezuda en ese sentido. Tengo mucho
genio de mi abuela la de aquí también pero el «cabezudismo» lo tengo aragonés.
Entonces para mí no es difícil hermanar, porque la jota forma parte de muchas
de las músicas latinoamericanas. Los españoles que se fueron para allá cantaban
jotas, y en mucha de su música está implícito este género, tanto en Cuba como
en Venezuela o en Colombia. Entonces es lo que en el flamenco se conoce como «palos
de ida y vuelta», que lleva quinientos años sucediendo. Yo lo que hago es
seguir esa línea. Mezclar la jota con el jazz sí que es un invento mío
totalmente, pero hermanarla con ritmos latinos no es nada nuevo ni ajeno,
tienen muchos puntos en común.
- ¿Qué se va a encontrar el
público conquense esta noche?
Se van a encontrar con un espectáculo muy intimista. Estoy yo sola
cantando y explico el por qué de las canciones. Hago un recorrido por todos mis
discos, desde el primero hasta este último de jotas con jazz. La gente
comprende en estos conciertos cómo se me ocurre una canción o por qué hermano
una cosa con otra. Y lo que verán en el escenario son mis canciones en esencia,
sin los adornos que llevan en el disco, que siempre llevan más producción y más
instrumentos, pero aquí es la canción desnuda tan cual la concebí.
- ¿Qué te aporta tu último
trabajo?
Espero que me aporte poco a poco proyección internacional. La idea de
este disco es dar a conocer la jota fuera de nuestras fronteras. Y como el inglés
es el idioma más hablado y con el que se entiende todo el mundo, he hecho
algunas adaptaciones al inglés para que las entiendan fuera. Por eso espero que
me ayude a darme a conocer en otros países.
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