Texto: Daniel Redondo Temporal Fotografía: Rubén M. Checa
El director de la asociación cultural AbraKdabra, Luggi Ojanguren,
habla sobre la evolución del grupo, la situación del teatro en España, y sobre la
obra que representaron en la III Edición de Estival Cuenca, “Comidramas al
fresco”, del autor José Luis Alonso de Santos.
P.- ¿Cómo se formó la AbraKdabra?
R.- AbraKdabra se formó en 2011.
Yo tengo una formación teatral y he trabajado toda mi vida profesional en
México. Aquí me he dedicado a otras cosas como la decoración y restauración, de
modo que el teatro pasó a ser un hobby. Desde hace unos 13 años, empecé a
dirigir la Escuela Municipal de Teatro de Villalba de la Sierra, pero yo
necesitaba tener un grupo aquí en Cuenca, y hace ya 3 años formé la Asociación
Cultural “AbraKdabra Teatro”.
P.- Desde la formación de AbraKdabra, habéis representado, sobre todo, obras
de José Luis Alonso de Santos, ¿por qué este autor?
R.- Nuestra primera obra como
AbraKdabra fue una suya: “Viva el duque, nuestro dueño”, aunque yo descubrí a
este autor con la obra “Besos para la Bella Durmiente”. Ha sido director del
Teatro Clásico, y acaba de ser nombrado Presidente de la Academia de Las Artes
Escénicas. Lo descubrí por sus obras y me gustaron.
P.- La obra que AbraKdabra va a representar hoy, “Comidramas al fresco”
es también suya…
R.- Hace tiempo, en una
entrevista que tuve con Jose Luis Alonso de Santos, me regaló un libro de obras
cortas. Así que en Villalba monté la función: “Cuadros de amor y humor al fresco”,
título del conjunto de estas obras, y él quedó muy satisfecho con el resultado.
El año pasado, hablando con Marco
Antonio de la Ossa del teatro, nos planteamos hacer algo para Estival en el
Parador. Y se me ocurrieron los “Cuadros de amor”. Al dar muy buen resultado en
Villalba, decidí probar con AbraKadabra. Estas obras son situaciones breves de
unos 10 minutos, lo que es un reto para el actor, ya que tiene que desarrollar
una situación dramática entrando de lleno al conflicto. Estas funciones son
independientes entre sí, pero tienen un marco común.
P.- Desde la creación de AbraKdabra en 2011, habéis participado en
varios festivales, e, incluso, ganado algún que otro premio.
R.- Sí. Cuando representamos:
“Viva el duque, nuestro dueño”, el director del festival de teatro grecolatino
de Segóbriga nos propuso representar para el festival “Los Gemelos” de Plauto. Estuvimos
con ella en el Certamen Nacional “Ciudad de Benavente”, donde obtuvimos tres
menciones y ganamos un premio. Este año hemos repetido la actuación en el
festival de Segóbriga y también hemos representado esta obra en el Museo
Arqueológico de Cuenca.
A la vez hemos ido montando “La
estanquera de Vallecas”, que estrenamos el pasado 22 de mayo en el Auditorio. Los
actores lo dieron todo, y la respuesta del público fue asombrosa. Fue un éxito.
P.- ¿Cómo os habéis organizado todo el equipo a la hora de ensayar?
R.- Estamos dentro del teatro
aficionado y nadie vive de esto. El tiempo que invierten los actores es
inmenso. En otros montajes hemos podido ensayar por la mañana, por la tarde,
pero para “La estanquera de Vallecas” nos vimos obligados a ensayar a partir de
las diez de la noche, a veces hasta la una de la mañana. Dos o tres días a la
semana y fines de semana intensivos, ensayando todo el día.
P.- ¿Se puede vivir del teatro hoy en día?
R.- No. A los profesionales les
cuesta. Tienen que hacer, cine, televisión, doblaje… Es raro el actor que puede
vivir plenamente del teatro. Para un grupo como nosotros no es posible ni
sobrevivir.
P.- Hay directores que miran mucho la disciplina, mientras que otros
prefieren que los actores saquen lo que llevan dentro. ¿Tú qué prefieres como director?
R.- Yo me quejo de la disciplina,
pero en una actividad creativa también es necesaria. Disciplina como puntualidad
en los ensayos, memorizar el papel... A mí no me gusta ser el director rígido,
me gusta que el actor sea creativo. Por un lado, dar libertad al actor, pero
también lo tengo que cuidar y darle consejos, marcarle cosas. Le doy estímulos.
Amo al actor creativo, da una satisfacción increíble.
P.- Como director, ¿qué le parece la subida del IVA cultural al 21%?
R.- Nosotros como asociación
cultural estamos exentos del IVA, pero lo del 21% es una “puñalada” a la
cultura, porque el primero que paga es el consumidor, y acaba repercutiendo en
los productores, directores… El teatro es muy caro y necesita ser subvencionado.
Yo me hago cargo de todo: escenografía, iluminación, diseño de carteles,
vestuario; y mis actores actúan sin cobrar nada. Pero si quisiera formar una
compañía grande necesitaría gente que hiciera esos trabajos. A nosotros, como
compañía independiente y aficionada, nos cuesta dinero, pero es una pasión que
desborda. El teatro es como la peste, cuando te toca, no te deja.
P.- Y en México, donde has trabajado muchos años, ¿cuál es la situación
del teatro?
R.- Llevo aquí ya 20 años. En
México se hace mucho teatro y de mucha calidad. Se tienen los mismos problemas
burocráticos que aquí, allí se mueven más y puede conseguir más ayuda,
involucran a más gente.
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